Una reflexión desde los volcanes
1.-Economía y Ecología
¿Puede haber una buena economía sin ecología, o sea sin tierra, agua y aire limpios y sanos? ¿Por qué? y ¿Qué modelo económico nos rige y gobierna?:
– La unión inseparable del dólar con el petróleo, que produce devaluaciones e inflaciones del peso y alza continua de los precios, con las especulaciones consecuentes…
– Los megaproyectos de las grandes empresas mineras, petroleras, hidroeléctricas, madereras, ganaderas, agroindustriales, turísticas, constructoras etc…, que destruyen los ecosistemas y las comunidades humanas por la contaminación, despojo de tierras, etc…., con la miseria y migraciones que causan, y todo por la ganancia: el dios dinero.
-Este modelo económico busca imponer economías de pura importación – exportación y nada de mercados internos.
-Más la complicidad de los gobiernos nacionales y locales con estas grandes empresas y la consiguiente corrupción, que acumula riqueza y poder, empobrece cada vez más a la población y excluye a los pobres, o sea los hace desechables (la cultura del descarte), lo cual genera una enorme desigualdad y miseria, causas de tanta violencia. (Ver: Marcos 10, 42-45).
-Lo peor es que el sistema (gobierno y grandes empresas juntos) hacen que todos nosotros el pueblo, pensemos lo mismo: que este modelo económico de grandes inversiones extranjeras y megaproyectos es muy bueno.
¿Y cómo lo logra? Pues nos adoctrina por medio de todos los medios masivos de información (televisión, internet, escuelas, periódicos, etc….), y nos convierte en sus mansos borreguitos.
-Mexicanos: ¡Ya es hora despertar!
2.- Y nosotros el pueblo
¿Podremos irnos organizando para producir y consumir en pequeño, pero variado y sano, en cada localidad? (sano, o sea sin agroquímicos) ¿Con qué contamos para organizarnos?
1. Conciencia: Antes que nada hacernos conscientes de que la mala economía está creando cada vez más hambre y escasez de alimentos (cambiando, digamos, las milpas tradicionales por las grandes tiendas Walmart y otras…), y nosotros nos hacemos cómplices de esa mala economía si compramos en esas grandes tiendas, sobre todo cosas y productos que no son realmente necesarios o que nos hacen daño. Así nos vamos convirtiendo en consumistas. Recuperemos nuestras milpas tradicionales (maíz, frijol, calabaza, haba, quelites…) en lugar de maizales o monocultivos de puro maíz. No a los mates (monocultivos agrotóxicos de exportación) sí a los poas (policultivos orgánicos para la autosuficiencia).
2.Pequeños espacios para huertos familiares y comunitarios: Aunque sea en tinas, macetas o llantas viejas.
3.La basura: Que si la separamos, deja de ser basura y se convierte en materiales útiles para nuestra economía local: los desperdicios orgánicos para abonos naturales y alimentos de animales; y los plásticos, vidrio, metales, papel y cartón, para vender a la industria o reciclarse en cada lugar.
Nunca quemar la basura, y menos los plásticos, que son muy contaminantes en su humo y cenizas.
Cuatro pasos importantes:
-reduce tu consumo de plásticos desechables
-separa tus desperdicios orgánicos de los inorgánicos.
-reutiliza los inorgánicos aún en buen uso.
-recicla o vende a la industria los demás inorgánicos.
- Destinar espacios para centros de acopio de cada material, más composteras (aboneras) familiares y comunitarias.
- Los agroquímicos o agrotóxicos degradan y contaminan tierras, aguas y cosechas (y dañan nuestra salud), matan insectos y otras especies benéficas que se comen a las plagas. Además están cada vez más caros y su compra engorda las industrias que nos están matando.
- Aguas grises o jabonosas: Que nos sirven para riego, con tal de que no exageremos con el cloro, detergentes y otros productos de limpieza. Captar agua de lluvia.
- Ojalá que los abonos naturales lleguen, junto con la diversidad, a espacios agrícolas más grandes (maíz, trigo, avena, etc….)
- Pero ir aprovechando los pequeños espacios para huertos variados, tanto de frutales como de hortalizas.: verduras, granos, raíces, etc….no para lucro o ganancia de cada uno, sino para ayudarnos unos a otros, sobre todo a los más pobres, y así, entre todos, hacer comunidad:
*Primero comer: que no falte en cada familia.
*Después trocar: hacer trueque con vecinos y comunidades más cercanas, con nuestros excedentes.
*Después venderlos a comunidades más apartadas, de nuestra pequeña biorregión.
- Así podremos establecer entre nosotros una economía solidaria.
- Y a las orillas de los pueblos ¿por qué no ir plantando arbolitos maderables y de sombra para cosechar en 15 ó 20 años? seamos plantadores de árboles, no taladores ni carboneros, a menos que los cultivemos.
- Y cuidemos con esmero la vida silvestre, las pocas especies de monte que aún quedan; traer de las que había antes y dejar que se multipliquen. Cada animalito y cada hierbita, por pequeños que sean, son necesarios para el equilibrio general de la naturaleza
- No dejar que el cemento nos acabe de invadir en nombre dizque del “progreso” y del falso desarrollo: hay cada vez más cemento y menos árboles…
- Y para mediano plazo, irle pensando: ¿A dónde van a parar los drenajes y aguas negras de nuestro pueblo o comunidad? ¿Se tratan y sirven para riego? ¿Existen alternativas a este sistema que contamina y desperdicia tantísima agua limpia?
¡Luchemos por nuestras pequeñas autonomías
de producción y consumo!
Lo pequeño es hermoso
Desde el pie de los volcanes
Francisco Carral
entendernos como la semilla que cada uno de nostros es
presente -pasado y futuro en un mismo espacio en un mismo momento
conteniendo la vida misma, esperando el agua que agua resurgirla…
para ReSembrarnos en eso que llaman Vida digna, Libertad, Utopia, Amor
tod@s somos semillas